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23/02/2025

El éxito de “Aún estoy aquí” ayuda a curar las heridas de la dictadura militar en Brasil

Fuente: telam

Con tres nominaciones a los Oscar, la película de Walter Salles ha vuelto a poner al cine brasileño en el centro del mundo con una narrativa potente y la destacada interpretación de Fernanda Torres

>La película brasileña de Walter Salles Aún estoy aquí ha obtenido tres nominaciones a los Premios Oscar: mejor película extranjera, mejor actriz protagonista, para Fernanda Torres, y mejor película. Aunque no se lleve alguna estatuilla a casa, el filme ya está batiendo récords históricos para el cine brasileño.

En 1999, Estación Central de Brasil obtuvo esa misma nominación, la de mejor película de habla no inglesa, y la de mejor actriz para Fernanda Montenegro –madre de Fernanda Torres–. Pero al final fue Gwyneth Paltrow quien se llevó el premio, por Shakespeare enamorado.

Nada comparable, sin embargo, al éxito de Aún estoy aquí, basada en la novela original del escritor Marcelo Rubens Paiva, hijo del diputado brasileño encarcelado Rubens Paiva, en la que cuenta la historia de su propia familia.

Una de las razones del triunfo del largometraje es, precisamente, el carisma de su protagonista. Torres, popular por sus numerosas apariciones en televisión, escritora y guionista, es, como decía, descendiente de una de las grandes actrices brasileñas, Fernanda Montenegro. Aplaudir el logro de Torres al ganar el Globo de Oro a la mejor actriz, algo sin precedentes para una brasileña, al competir con estrellas como Angelina Jolie, Nicole Kidman, Tilda Swinton y Kate Winslet, también supuso un soplo de aire fresco para el cine nacional.

Pero el éxito de la película no se limita a sus logros cinematográficos, ni al virtuosismo con el que Walter Salles recrea la vida familiar y la época. La narración ha sacado a la luz testimonios conmovedores en Brasil, donde recientemente se ha vivido una ola de violencia antidemocrática bajo la presidencia de Jair Bolsonaro. Esta ola culminó en un intento de golpe de Estado tras la victoria de Lula en 2022.

Aún estoy aquí recuerda el pasado reciente del país y la tortura institucionalizada de la dictadura militar que tuvo lugar en el periodo comprendido entre 1964 y 1985. También pone de manifiesto unas heridas que nunca han cicatrizado del todo. Muchos jóvenes y adolescentes que han ido al cine a verla nunca habían oído hablar de la dictadura militar, y mucho menos desde el punto de vista de otro joven.

¿Qué hace que la película cumpla esta función política, sin ser panfletaria, de forma tan contundente?

Por un lado, su delicada reconstrucción de la época, realzada por las impecables interpretaciones de Fernanda Torres y Selton Mello –que interpreta a Rubens Paiva– y los jóvenes actores que encarnan a los cinco hijos de la familia. El reparto crea la atmósfera perfecta para Torres durante la mayor parte de la película, y para Montenegro al final, cuando interpreta a una Eunice enferma de alzhéimer.

Esta caracterización, magistralmente desarrollada por el guion y con discreción por la actriz, evoca los recuerdos más profundos de aquellos años de plomo en Brasil. Pero también retrata la vida de alguien que se enfrentó a un reto personal extraordinario: criar sola a cinco hijos.

Paiva era un hombre abierto a los cambios del mundo y la sociedad, mientras que Eunice, aunque licenciada, solo había sido un ama de casa sin mucha experiencia vital hasta la desaparición de su marido.

Desamparada en la sociedad, se da cuenta de que tendrá que cambiar de vida. Decide estudiar Derecho y se convierte en abogada y en una de las mayores activistas por la defensa de las tierras indígenas.

Aunque el esposo cariñoso personificado brillantemente por Selton Mello –idéntico al Rubens Paiva real incluso en la forma de sonreír– está siempre presente en el recuerdo y las escenas familiares, queda claro que la película de Salles es sobre todo un homenaje a una mujer de carne y hueso que soñó con un país fuerte e independiente al son de Tom Zé y Juca Chaves, de Caetano Veloso y Chico Buarque.

La interpretación mesurada, sensible y elegante de Fernanda Torres le da fuerza y complejidad a una visión humanizada de la historia, que sitúa al sujeto en el centro de la acción política, y que ya estaba en el libro.

Este artículo se publicó originalmente en [Fotos: Sony Pictures Classic vía AP; AP/ Chris Pizzello]

Fuente: telam

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