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25/01/2025

Perdió su nariz por una rara enfermedad y ahora tiene 7 prótesis personalizadas: “La gente me miraba horrorizada”

Fuente: telam

Una complicación médica le arrebató parte de su rostro, pero encontró en los implantes una oportunidad para empezar de nuevo

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“Odiaba mi nariz cuando era más joven”. Jayne Hardman creció sintiéndose insegura sobre su Aunque esos comentarios podían herir, nunca imaginó que su nariz, objeto de burlas en la niñez, se convertiría en el centro de una En 2012, mientras paseaba cerca de su casa en Redditch, Worcestershire, Sin embargo, el dolor persistió durante días y la hinchazón creció. “Pasaron dos años antes de que me diagnosticaran granulomatosis de Wegener”, relató sobre la rara enfermedad autoinmune que inflama y destruye los vasos sanguíneos. La colisión con Cece había despertado la enfermedad, que hasta entonces permanecía latente.

El cambio físico la obligó a enfrentar un rechazo doloroso. “La gente me miraba horrorizada”, relató. Incluso conocidos reaccionaron con sorpresa y desprecio: “Una vez me encontré con una vieja amiga de la escuela. Se quedó sin aliento y se encogió cuando me vio. Fue desgarrador”. Y agregó: “Me preguntaban si era adicta a la cocaína o si mi marido me había atacado”.

El impacto emocional fue igual de devastador y, de hecho, durante cinco años apenas salió de su casa: “Tuve que dejar de trabajar porque el tratamiento me agotaba”. Además, confesó que sus relaciones personales también sufrieron.

A pesar de las adversidades, Jayne Hardman encontró apoyo incondicional en su familia. Su esposo, Martin, se convirtió en su roca durante los años más oscuros: “Tengo un matrimonio increíblemente sólido, y sé que Martin me ama pase lo que pase”. Sus hijos también fueron un motivo de esperanza, aunque el dolor de no poder olerlos o abrazarlos con normalidad dejaba una marca imborrable.

Mientras su enfermedad la apartaba del mundo exterior, su familia fue el puente que la mantuvo conectada con lo esencial. Jayne reconoció que ese amor inquebrantable fue clave para su resiliencia emocional durante los años en que su vida se volvió irreconocible.

En 2017, su nariz colapsó por completo y los médicos le dijeron que no había manera de salvarla. Sin embargo, su destino cambió gracias al equipo del hospital Queen Elizabeth de Birmingham. Jayne fue puesta bajo el cuidado de una jefa de prótesis cuya creatividad y empatía hicieron toda la diferencia. “Le dije: ‘Me gusta mucho tu nariz, hazme una igual’”, recordó entre risas.

Aunque el cambio le devolvió confianza, no todo ha sido fácil. “A veces, si uso un jersey ajustado, se me sale la nariz. Incluso un estornudo particularmente fuerte puede sacarla”, relató. Sin embargo, la seguridad que las prótesis le brindan supera cualquier incomodidad ocasional: “Ahora me siento como una persona normal, y eso es algo por lo que siempre estaré agradecida”.

A pesar de todo, Jayne no culpa a Cece, el mastín que accidentalmente desencadenó su enfermedad. Al contrario, lo ve como un salvador. “Creo que me salvó”, reflexionó. Para esta mujer, la enfermedad, aunque devastadora, la ayudó a redescubrir lo que realmente importa. “Soy más empática y disfruto de las cosas simples de la vida. En retrospectiva, creo que esto me convirtió en una mejor persona”, dijo.

Ahora en remisión, valora cada día como un regalo. “No doy por sentado un abrazo de mi esposo o mis hijos. El mero hecho de estar viva es un privilegio que me siento honrada de tener”, concluyó.

Fuente: telam

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