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01/09/2024

Extravagante y absurda: la cuarta temporada de “Only Murders in the Building” redobla la apuesta

Fuente: telam

La serie protagonizada por Steve Martin, Selena Gómez y Martin Short se sumerge en un laberinto de identidades a la vez que disecciona una sombría industria del entretenimiento

>La nueva temporada de Only Murders in the Building arranca exactamente donde lo dejó la tercera: con el trío de podcast integrado por Charles (Steve Martin), Oliver (Martin Short) y Mabel (Selena Gomez) celebrando la resolución del asesinato de Ben Glenroy (Paul Rudd) mientras su amiga Sazz Pataki (Jane Lynch) muere -baleada a través de una ventana en el apartamento de Charles mientras iba a buscar a la tienda de la esquina una preciada botella de malbec.

Pero si los chiflados detectives tienen que aguantar ser pasto de los molinos de contenidos, al menos esta vez están (casi) contentos con ello: ¡Va a haber una película de Only Murders in the Building! Y lo que es mejor (al menos para Oliver), ¡los tres van a ser interpretados por actores reales de Hollywood!

Desde Arrested Development, ninguna comedia había sido tan autorreferencial. Algunos de los mejores chistes de Only Murders... vienen a costa suya. En un guiño a lo inverosímil que parecía en un principio que Gómez, interpretando a una milenial inexpresiva, fuera a congeniar bien con Short y Martin. Así es que Hollywood, personificado por Molly Shannon en el papel de una ejecutiva ligeramente desquiciada, sintió que necesitaba un resplandor. El estudio contrató a Eva Longoria para que interpretara a una Mabel más mayor y con más confianza en sí misma, a Zach Galifianakis como un Oliver envejecido y a Eugene Levy como Charles. Los actores se encargan de seguir al trío para entender mejor cómo interpretarlos en la película.

El hecho de que esto convierta a los detectives en la sombra empieza a parecer un tema recurrente. La nueva temporada está repleta de doppelgängers, sombras y dobles. Está la víctima de asesinato, Sazz, la doble de Charles que murió en su cocina vestida exactamente igual que él. (¿Era ella la víctima prevista? ¿O era Charles el objetivo desde el principio?) Los directores de Only Murders... son un par de terroríficas y artísticas hermanas gemelas. Rudd, que la temporada pasada interpretó a Ben Glenroy, víctima de asesinato, vuelve esta vez como doble de Glenroy. Aturdido y desamparado, frecuenta un bar llamado Concussions, donde los dobles de acción se reúnen para superar sus lesiones, llorar a sus muertos y quejarse de sus “caras”, las personas cuyas peligrosas acrobacias realizan ingratamente.

A medida que proliferan los doppelgängers, también lo hacen las cámaras. En el séptimo episodio de la serie, Only Murders... ha utilizado una impresionante variedad de dispositivos y un número improbable de técnicas de encuadre. En resumen, hay demasiados narradores. Incluso la sed de protagonismo de Howard (Michael Cyril Creighton) podría estar disminuyendo; cada vez parece más dispuesto a quedarse detrás del micrófono (y del objetivo).

La mecánica de la trama oscila entre lo extravagante y lo absurdo; la revelación de que Charles podría haber sido el objetivo previsto impulsa una serie de tramas encantadoras y no del todo lógicas, incluida una en la que el trío de Hollywood consigue rastrear al trío original hasta un escondite y colabora en la investigación. La bienvenida inclusión de favoritos de los fans como Da’Vine Joy Randolph (como la sufrida detective), Jackie Hoffman (como Uma) e incluso Meryl Streep (como Loretta) parece un poco más encajada que orgánica, pero obviamente ésta es la temporada de Lynch para brillar. Y brilla, principalmente, aunque no exclusivamente, como el fantasma de Sazz, que hace compañía a Charles mientras éste lucha con el papel que pudo haber desempeñado accidentalmente en la muerte de su doble (y con lo mucho que sacrificó su salud y bienestar por su carrera).

Sin embargo, lo más intrigante de la nueva temporada es la sorprendente declaración de la serie, a los pocos episodios, de que planea volver a sus orígenes y abordar todos los agujeros argumentales que plagan la primera temporada.

Es mucho pedir. Yo lo calificaría de ambicioso e incluso innecesario. Durante mucho tiempo he sostenido que uno de los defectos más adorables de la comedia es su incapacidad (o falta de voluntad) para producir un misterio que pueda resistir cualquier tipo de escrutinio. Eso se siente como parte de la lente ligeramente satírica que el programa adopta para todo y para todos, y de una pieza con su autodesprecio. El programa de Oliver, “Death Rattle Dazzle”, en el que los tres sospechosos de asesinato eran bebés, daba la sensación de que el programa estaba reconociendo -y asumiendo- su incapacidad para dar con una trama decente.

Fuente: The Washington Post

[Fotos: Eric McCandless/Disney]

Fuente: telam

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