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23/07/2024

El diario perdido de Margot, la hermana de Ana Frank: la vida en el escondite y el horror en el campo de exterminio nazi

Fuente: telam

Las adolescentes estuvieron dos años escondidas de la persecución nazi junto a sus padres en Ámsterdam. Cómo era la relación entre las chicas acechadas por la Gestapo. Y el momento en que el padre recuperó el texto de una de sus hijas

>En una entrada de diario de octubre de 1942, Margot Frank había nacido el 16 de febrero de 1926 en Frankfurt, Alemania. Era la mayor de las dos hijas de Otto y Edith Frank. Desde pequeña, Margot fue descrita como “ordenada y cuidadosa”. Su primer informe escolar ya la destacaba como “muy diligente”. En contraste, Ana, nacida en 1929, se veía a sí misma como la “alborotadora” de la familia.

La tranquila vida que llevaban las hermanas Frank en Alemania cambió drásticamente con la ascensión de Adolf Hitler y el Partido Nazi al poder. Estoforzó a la familia Frank a mudarse a Ámsterdam en busca de seguridad. Aquí, Margot demostró su capacidad académica al sobresalir en una escuela holandesa, pese a la barrera del idioma. Al final del año, ya había mejorado sus calificaciones.

En mayo de 1940, Alemania invadió Países Bajos. Así, las vidas de Margot y Ana cambiaron para siempre. La hermana mayor expresó su angustia en una carta a una amiga el 27 de abril de 1940: “Nunca nos sentimos seguros, porque estamos justo al lado de Alemania y somos un país pequeño”.

La vida en el anexo secreto donde se refugiaron a partir de julio de 1942 fue una prueba constante para ambas hermanas. Ana, quien había recibido un diario para su cumpleaños número 13, comenzó a documentar sus vivencias en el escondite. En sus escritos, la adolescente lamentaba la aparente preferencia de su padre por Margot, a quien veía como “la más inteligente, amable, bonita y la mejor”.

Bajo la ocupación nazi, los judíos en los Países Bajos enfrentaron restricciones cada vez más severas. Margot y Ana se vieron obligadas a asistir a una escuela solo para judíos, alejadas de sus amigos no judíos y sometidas a un entorno de segregación y discriminación.

El 5 de julio de 1942, la situación se tornó aún más grave cuando Margot recibió una citación para realizar “trabajo forzado en Alemania”. Para los Frank, esto significaba una amenaza inminente de deportación y muerte. En un acto desesperado para salvarse, Otto y Edith Frank decidieron esconder a su familia. Abandonaron su hogar y se trasladaron a un anexo secreto detrás de la oficina de Otto en Prinsengracht 263. La familia pasó a vivir en la clandestinidad, acompañada por los van Pels y Fritz Pfeffer.

La mañana del 4 de agosto de 1944, un silencio tenso envolvía el anexo secreto. De pronto, las botas de los soldados se escucharon muy cerca de la falsa pared. La vida clandestina de los Frank llegó a su fin abruptamente cuando agentes de la policía nazi, alertados por un traidor anónimo, irrumpieron en el escondite. La familia Frank, junto a los otros cuatro ocupantes del anexo, fue arrestada y llevada al cuartel general de la Gestapo para ser interrogada.

Desde allí, fueron trasladados al campo de tránsito de Westerbork, situado en el noreste de los Países Bajos. Este campo, que inicialmente había sido utilizado para albergar refugiados judíos, se había convertido en un centro de tránsito para deportaciones a campos de concentración y exterminio en Europa del Este.

En noviembre de 1944, Margot y Ana fueron nuevamente trasladadas, esta vez al campo de concentración de Bergen-Belsen, en el norte de Alemania. Edith Frank quedó atrás en Auschwitz, donde murió de hambre y agotamiento. Bergen-Belsen, conocido por sus horribles condiciones, era un lugar donde los prisioneros no eran exterminados de inmediato, pero morían lentamente debido al hambre y las enfermedades. Los cuerpos de aquellos que sucumbían eran apilados y quemados, ya que el número de víctimas sobrepasaba la capacidad de las instalaciones del campo.

En Bergen-Belsen, Margot y Ana compartían un refugio improvisado hecho de lona, donde dormían sobre colchones de paja repleto de piojos. Muy poco tiem´po después, las hermanas Frank, debilitadas y hambrientas, sucumbieron al tifus que se extendió por la mayoría de los prisioneros del campo. Sus fechas exactas de muerte no se conocen, pero se cree que fallecieron en febrero de 1945, poco antes de que el campo fuera liberado por las tropas británicas.

Los recuerdos de aquellos que conocieron a Margot y Ana en el campo pintan un cuadro devastador de sus últimos días. Nanette Konig, una compañera de clase de Ana que también estaba en Bergen-Belsen, describió el lugar como un “infierno donde la gente no era exterminada de inmediato, pero moría de hambre, disentería, tifus, frío, agotamiento y torturas”.

Al finalizar la guerra, Otto regresó a los Países Bajos. Allí se puso en contacto con su antigua secretaria, Miep Gies, quien había ayudado a esconder a la familia Frank durante la guerra. Miep había rescatado el diario de Ana del anexo secreto después de la deportación de la familia.

En tanto, el diario de Margot nunca se encontró. A diferencia de las detalladas entradas de Ana, los pensamientos y observaciones de Margot se perdieron en el horror nazi.

Fuente: telam

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