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24/10/2025

Identifican una posible señal de materia oscura en el centro de la Vía Láctea

Fuente: telam

La misteriosa sustancia habría sido detectada por expertos gracias a la visualización de rayos gamma

>Durante décadas, los astrónomos miraron hacia el centro de la Ahora, un grupo de científicos de la Universidad Johns Hopkins, junto con colegas de Europa, cree haber dado un paso crucial hacia la respuesta. Gracias a simulaciones de supercomputadora que recrearon la historia evolutiva de la galaxia, los investigadores lograron identificar un patrón que coincide con las observaciones reales de rayos gamma captadas por el Telescopio Espacial Fermi.

Esa coincidencia, aseguran, podría representar el primer indicio directo de la existencia de la La materia oscura domina el universo y mantiene unidas las galaxias. Es extremadamente importante y constantemente pensamos con desesperación en cómo podríamos detectarla”, explicó el profesor Joseph Silk, astrofísico de la Universidad Johns Hopkins e investigador del Instituto de Astrofísica de la Universidad de la Sorbona y del CNRS.

Los rayos gamma, y en concreto el exceso de luz que observamos en el centro de nuestra galaxia, podrían ser nuestra primera pista”, agregó.

El equipo de Silk y del Instituto Leibniz de Astrofísica de Potsdam abordó un desafío que otros estudios anteriores pasaron por alto: incorporar la historia completa de la formación de la Vía Láctea en sus modelos.

Las galaxias no nacen completas. Hace miles de millones de años, nuestra Vía Láctea fue el resultado de la fusión de múltiples sistemas más pequeños, compuestos de estrellas, gas, polvo y materia oscura. Con el tiempo, esas colisiones galácticas dejaron un rastro de cómo la materia invisible se fue acumulando y concentrando hacia el centro.

Mediante simulaciones que reproducen esas etapas tempranas, los investigadores obtuvieron un mapa detallado de dónde deberían encontrarse los mayores cúmulos de materia oscura. Cuando compararon esos resultados con los mapas reales de rayos gamma registrados por el telescopio Fermi, descubrieron una coincidencia sorprendente.

Esa concordancia completa una “tríada de evidencias”, como la describen los autores, que refuerza la hipótesis de que el resplandor observado no proviene de fuentes estelares, sino de colisiones entre partículas de materia oscura. Si este fuera el caso, se trataría de una señal extremadamente valiosa, una especie de “firma energética” del material más enigmático del cosmos.

No todos los científicos están convencidos de que el misterioso resplandor provenga de materia oscura. Una explicación alternativa, propuesta hace años, sostiene que podría tratarse de la radiación emitida por púlsares de milisegundos: estrellas de neutrones que giran a velocidades vertiginosas y emiten potentes haces de radiación.

Estas estrellas son los remanentes ultradensos que quedan después de que una estrella masiva explota como supernova. Al girar cientos de veces por segundo, lanzan chorros de rayos gamma al espacio. Si existiera una población numerosa de estos objetos en el centro de la galaxia, podrían producir un brillo similar al observado.

Los investigadores confían en que la próxima generación de telescopios de rayos gamma aporte la claridad necesaria. El Conjunto de Telescopios Cherenkov (CTA), actualmente en construcción, será el instrumento más sensible de su tipo y permitirá distinguir entre las dos hipótesis.

“El equipo de investigación está planeando un nuevo experimento para probar si estos rayos gamma de la Vía Láctea tienen energías más altas, lo que significa que son púlsares de milisegundos, o son el producto de menor energía de colisiones de materia oscura”, detalla el informe. Silk lo resume con una frase que condensa la expectativa del campo: “Una señal limpia sería una prueba irrefutable, en mi opinión”.

El concepto de materia oscura no es nuevo. Surgió en la década de 1930, cuando el astrónomo suizo Fritz Zwicky observó que las galaxias en los cúmulos se movían más rápido de lo que la masa visible podía explicar. Desde entonces, los científicos propusieron que una sustancia invisible, no compuesta de átomos ordinarios, debía ejercer la fuerza gravitatoria adicional necesaria para mantenerlas unidas.

Hoy, los físicos estiman que alrededor del 85% de la materia del universo es oscura, aunque nadie logró detectarla directamente. Los experimentos en laboratorios subterráneos, los aceleradores de partículas y los observatorios espaciales buscan desde hace años una señal inequívoca de su presencia.

Mientras esperan los datos del CTA, los investigadores de Johns Hopkins y del Instituto Leibniz continúan ajustando sus modelos. Su próximo paso será extender las simulaciones a galaxias enanas que orbitan la Vía Láctea. Estos pequeños sistemas, más simples y con menos fuentes de ruido estelar, podrían ofrecer un laboratorio natural para observar señales de materia oscura sin interferencias.

Fuente: telam

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