Miércoles 2 de Julio de 2025

Hoy es Miércoles 2 de Julio de 2025 y son las 07:24 -

29/01/2025

De la entrevista con Gorriarán Merlo al abrazo en su casamiento: Luis Majul reedita la biografía que Jorge Lanata no quiso leer

Fuente: telam

Tras muchas charlas, el periodista publicó, en 2012, “Lanata. Secretos, virtudes y pecados del periodista más amado y más odiado de la Argentina”. Eso, cuenta, los hizo amigos para siempre. Con prólogo y epílogo nuevos, el libro reaparece a un mes de la muerte del biografiado

>Ningún editor dejaría de tentarse: ¿publicar una biografía de Jorge Lanata sólo un mes después de la muerte del periodista, cuando todavía emociona su nombre y están frescas todas las despedidas? La idea era precisa pero la única manera era tener el texto ya escrito. Y así fue: en 2012 Luis Majul había publicado Lanata. Secretos, virtudes y pecados del periodista más amado y más odiado de la Argentina, en una colaboración entre su editorial, Margen Izquierdo, y Planeta. ¿Por qué no?

Majul está entusiasmado y, aunque disimula, un poco asustado. “El tiempo es lo más valioso de todo”, dice apenas empieza la comunicación con Infobae. Tiene en sus manos la vida de un hombre al que el tiempo le quedó corto y lo sabe.

Luis Majul habla de cariño y habla de sus dudas. “Mi impulso natural fue pensar: ‘Van a decir que soy un oportunista’”, cuenta. Iraola le dijo que no, que era un homenaje. Y, a fin de cuentas, “todos sabemos cómo es la industria editorial, no me voy a hacer millonario”.

Efectivamente, esa entrevista está en el capítulo cuatro del Lanata de Majul. Dice así:

“Lanata se quitó la tela que le tapaba los ojos, sacudió un poco la cabeza y, al final, vio a “el hombre” en persona: allí estaba, de pie, frío y distante, nada más y nada menos que Enrique Haroldo “El Pelado” Gorriarán Merlo.

Gorriarán había fundado, junto con Roberto Santucho, el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y su brazo armado, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en 1970.

Se había fugado del penal de Rawson el 15 de agosto de 1972 y había sobrevivido a la denominada Masacre de Trelew.

Había mandado a matar, en Paraguay, el 17 de septiembre de 1980, al dictador nicaragüense Anastasio Somoza, después de un seguimiento de tres meses.

Había sido reclutado por el sandinismo para organizar su departamento de seguridad.

Ahora, que ya está lista la edición, Majul cuenta que cuando murió Lanata lo llamaron a sus vacaciones para conducir un programa especial en LN+ pero no sabía si aceptar por miedo de quebrarse. “Me sentí bastante vulnerable”, dice. Y la editorial me decía: “Si hacemos una reedición tiene que ser ahora”.

En la charla con Infobae, Majul habla varias veces de una “biografía no autorizada”. ¿No autorizada aunque Lanata le contaba su vida? Sí, dice, porque sabía que él iba a contrastar las versiones.

Ese libro, dice Majul, fue un éxito, pero tantos años después hay nuevas generaciones, que no lo leyeron.

-¿Cambiaste el texto, además de agregar prólogo y epílogo?

-Y ahora, que sale y que él no lo puede ver. ¿Estás asustado?

Aquí, algunos momentos del libro de Luis Majul:

Vi a Lanata por última vez en enero de 2023, cuando lo entrevisté como parte de un ciclo de charlas de verano que organizamos para El Observador 1079 en Punta del Este, Uruguay.

Jorge venía de estar internado más de un mes, aunque sintió que habían sido como cinco. No había visto la luz, ni había tenido contacto con gente en el otro plano. Pero se atrevió a darnos un sano consejo:

Lanata escuchó por radio las confusas noticias y, alarmado, llamó a su secretaria Margarita Perata de inmediato:

Era muy raro. Y Margarita ya sabía por qué. Ella contaba con datos proporcionados por “amigos de toda la vida” a los que jamás mencionó. Ya estaba enterada de que no había sido un golpe de Aldo Rico, como en la Semana Santa de 1987, ni de Mohamed Seineldín, como en enero de 1988, en Monte Caseros. Acostumbrada al secretismo desde que empezó a militar, a los 17 años, solo le dijo a su jefe:

El diálogo telefónico entre Lanata y Perata tuvo lugar el martes 23 de enero de 1989, después del mediodía. En la ciudad de Buenos Aires, la sensación térmica era de 37 grados. Habían pasado apenas unas horas del asalto al Regimiento 3 de Infantería La Tablada, el más brutal y delirante ataque de la guerrilla a una unidad militar desde la transición democrá- tica iniciada en 1983.

No bien colgó, el director periodístico de Página entró en pánico.

¿Qué se sabía, hasta ese momento?

Solo que a las seis y media de la mañana, un camión de Coca-Cola había ingresado a la unidad militar con un grupo de aproximadamente cincuenta personas.

Durante las primeras veinticuatro horas no hubo datos oficiales y confiables.

El mismo lunes a la noche, sin los datos confirmados, Lanata planteó a los lectores de Página dos hipótesis. Aparecieron con la edición del martes a la mañana. Una: que podían ser guerrilleros de izquierda. O dos: que sería “una provocación de algún aparato de Inteligencia que utilizó a sectores lúmpenes de la violencia política y a adolescentes encaminados hacia una matanza”.

Parecía una pesadilla de locura, pero era verdad: los agresores habían sido militantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) y entre los muertos y los detenidos había mujeres y adolescentes.

La primera lista de abatidos y detenidos parecía comprometer a Página, aunque no fuera de manera directa.

Esto fue lo que me dijo Lanata cuando le pedí honestidad absoluta para recordar el 23 E:

¿Cómo íbamos a convencer al mundo, al gobierno, a los jueces y a los milicos de que nosotros no teníamos nada que ver?

Entre la publicación de la primera edición de su biografía no autorizada y su muerte, Lanata vivió otras mil vidas, si se lo compara con la existencia promedio de un mortal contemporáneo.

En 2013, durante la entrega de los Martín Fierro, instaló el concepto de “grieta” para definir la profunda división de la sociedad argentina, que todavía perdura. Lo hizo así: “Hay como una división irreconciliable en la Argentina, lo que yo llamo ‘la grieta’, y creo que es lo peor que nos pasa. Todos somos la patria, nadie tiene el copyright de la patria, la Argentina no es de ningún partido. Ojalá que algún día podamos superar esta grieta porque dos medias argentinas no suman una Argentina entera”.

El 14 de abril de 2014 publicó el libro sobre la corrupción kirchnerista 10K: la década robada. Casi al mismo tiempo, fue intervenido para colocarle dos stents.

El 23 de abril de 2022, a los 61 años, Lanata se casó con Elba Marcovecchio. Las tarjetas de invitación al casamiento decían: “No habrá baile, ni carnaval carioca, ni proyección de videos emotivos”. “Hemos decidido que lo más oportuno es donar los regalos a quien los necesite y haga un buen uso de ellos: la fundación Margarita Barrientos”. “Recibirán en los próximos días los links de sus necesidades por WhatsApp. No sean ratas, piensen que no es para nosotros y quedarán muy mal si eligen el costo de un portarretratos. Gracias”.

Ese día estaba pleno, muy espiritual, como si supiera que sería el último gran acontecimiento íntimo de su vida.

Jamás me olvidaré de ese momento.

Fuente: telam

Compartir