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16/12/2024

El legado de “La Chispa”, el boletín que reúne las crónicas olvidadas de los años de oro de la Escuela Técnica Raggio

Fuente: telam

Su publicación, entre 1944 y 1950, marcó una huella en la identidad institucional, dando vida el lema escolar “Nunca mucho costó poco”, que aún se mantiene vigente

>El 15 de junio de 1944 se abrió una urna que reveló los resultados de una elección muy particular. Después de meses de planificación, docentes y alumnos de la Escuela Técnica Raggio (ETR) iban a conocer el nombre y el lema que llevaría el boletín informativo que comenzaría a circular el mes siguiente. La expectativa era alta. En los días previos, las carteleras de los pasillos informaban acerca del procedimiento de la elección y sugerían los posibles nombres. El escrutinio se realizó a las 18 horas y fue fiscalizado por cuatro estudiantes y por el profesor Jacinto Mora, maestro de imprenta y alma de la publicación, a la que bautizaron “La Chispa”.

El pasado 8 de diciembre se cumplieron 100 años de la fundación del Raggio, que fue inaugurado bajo el nombre original de Escuela de Artes y Oficios y fue la primera escuela técnica creada bajo la jurisdicción de la entonces municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. En ese contexto, los docentes Silvia Urich y Christian Armas, que también son exalumnos del colegio, recopilaron uno por uno los ejemplares del boletín y se adentraron en el Raggio de la década de los cuarenta, a la que consideran “generadora de una nueva cultura escolar y motor de transformación de esa escuela de ‘artes y oficios’ a una escuela técnica”.

Actualmente, la ETR cuenta con once especialidades —mecánica, electrónica, electricidad, indumentaria, alimentación, gráficas, automotores, orfebrería, madera y mueble, publicidad y construcciones— y 2360 estudiantes. Es una de las secundarias técnicas de gestión estatal más grandes del país y, además, una de las más antiguas. Pero, ¿cómo era ochenta años atrás? ¿Por qué manera la década de los cuarenta marcó el espíritu de la institución? ¿Qué tradiciones escolares de aquellos años todavía persisten y cuáles se fueron diluyendo con el tiempo y por qué?

Tres semanas después de la votación, el primer ejemplar de “La Chispa” vio la luz. “Con el optimismo y el impulso de la juventud que le ha dado el nombre; con la energía creadora del símil que promete mantener encendido el fuego inquieto a través de toda clase de iniciativas, ‘La Chispa’ nace a la vida alentando un sin fin de propósitos buenos para secundar y completar la obra que cumplen las Escuelas Raggio”, escribió el por aquel entonces director del colegio, Francisco Torino.

Si bien mantuvo ciertas características formales, como sus inalterables 23,5 centímetros de alto por 15 de ancho, “La Chispa” fue inconstante en cuanto a la cantidad de páginas: a veces eran cuatro; otras ocho, aunque también seis (cuatro más una hoja volante). De sus 61 ediciones, alcanzó tiradas de hasta 2.000 ejemplares, que fueron distribuidos entre estudiantes (que en ese momento eran alrededor de 600) y sus familias, docentes, exalumnos e incluso a comerciantes, industriales y todos aquellos que pudieran estar interesados en seguir el rumbo de las escuelas y en emplear a sus egresados.

Para Martín Acri, exalumno, docente, historiador del Museo del Raggio y actual vicerrector de la ETR, el hecho de que la publicación traspasara los muros de la escuela está vinculado al contexto social del momento. “En esa la época todavía no existía la televisión. Entonces, todo giraba en torno a la radio y a la impresión gráfica. En ese contexto, el Raggio comienza a destacarse ediliciamente en la zona. Su construcción, una especie de ‘Petit Chateau’ de varios estilos, llamaba la atención. Y ‘La Chispa’, justamente, provenía de ahí”, dice. Y agrega: “También hay que vincularlo con el proceso de sustitución de importaciones, a partir del cual se promueve la industrialización en el país, lo que trajo la llegada masiva de migrantes que fueron poblando los barrios de Saavedra, Núñez, Belgrano y todo ese sector de la ciudad de Buenos Aires”.

Otro dato que quedó en el tintero tiene que ver con el nombre del boletín. ¿Por qué “La Chispa”? “No está claro”, anticipa Silvia. “En la primera edición se explica que los nombres, que en total fueron 27, los propusieron los alumnos y luego se hizo una votación. Nosotros creemos que debe haber estado más vinculado al tema técnico: la chispa podía surgir en un taller”, agrega.

El proceso de recuperación de “La Chispa” se convirtió en una bitácora que ilumina los años de oro del Raggio. A partir de su lectura, Urich y Armas descubrieron anécdotas que ilustraban la vida escolar de la época. Una de ellas, por ejemplo, fue la inauguración del campo de deportes en 1944. En ese espacio, que originalmente era un terreno anegado, se organizaron actividades deportivas y eventos como los torneos intercolegiales. “Le dio a la escuela una proyección social muy importante, permitiendo la práctica de deportes como fútbol, atletismo, pelota-paleta, hockey y rugby. Todo tipo de autoridades venían a presenciar las competencias”, cuenta Silvia.

Dato color: el boletín no solo registraba actividades culturales y visitas de autoridades, sino que también destacaba el buen desempeño de los estudiantes y sus valores éticos y morales por fuera del ámbito escolar. “El 17 de mayo el alumno Alejandro Lanfanchi, de Herrería Artística, 1º año, hizo entrega en Regencia de Estudios de un maletín hallado en la vía pública, conteniendo una suma de dinero y efectos personales. Igualmente, el 20 del mismo mes, el alumno Carlos París, de Herrería Artística, 3º año, entregó una billetera hallada en dicho taller que contenía dinero y otros efectos. Ambos alumnos fueron felicitados por sus respectivos gestos a fin de que fueran aprovechados como lecciones ejemplarizadoras entre sus compañeros”, dice el ejemplar de junio de 1946.

Acerca de la marcha, que surgió en la década del cuarenta, la docente contará que se mantuvo hasta los sesenta. “Durante años identificó a los estudiantes. La letra refiere a los ‘artesanos, artistas y obreros’ que dicen: ‘A formarnos la Patria nos llama’. Se cantaba todas las tardes al arriar la bandera”, dice.

A ocho décadas de su primera publicación, hoy, el espíritu de “La Chispa” vuelve a impregnar los pasillos del Raggio. Es que, aquel boletín que un día surgió como un ejercicio técnico en los talleres de la escuela, tendrá una versión actualizada.

Su regreso, sin dudas, reafirma el espíritu de la institución, guiado por el lema que nació junto al boletín: “Nunca mucho costó poco”.

Fuente: telam

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