Sábado 7 de Septiembre de 2024

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27/07/2024

El misterio de las manos de Perón, abordado desde un relato policial

Fuente: telam

La novela de Gonzalo Fassón toma la profanación de la tumba del ex presidente como inicio de una trama de intrigas y conspiraciones. “El tema me atravesó desde la adolescencia”, afirma el autor

>El primero de julio de 1974 murió Juan Domingo Perón, un estadista que suscita, aún hoy, medio siglo después, pasiones de toda clase. Trece años después, el 29 de junio de 1987, su cadáver sufrió una profanación: el corte de las manos. Se desconocen los responsables y las motivaciones, las hipótesis sobran; sin embargo, ambos factores constituyen material y germen suficiente para imaginar y tejer historias y conjeturas.

Las manos del General fue finalista del Premio Clarín en 2020, sin embargo fue publicado a través de una editorial extranjera a principios de este.

—Existen infinitos temas posibles para abordar en el género policial. ¿Por qué elegiste el caso de “las manos de Perón”?

¿Y cómo elegí ese tema? Ese tema en realidad me atravesó de chico. Yo tendría 13, 14 años cuando, en el año 87, profanaron la tumba de Perón. Y mi primer acercamiento con el tema fue desde su dimensión policial. A esa edad lo que me impactaba era cómo podía ser que alguien hubiera entrado a un cementerio, abierto una bóveda y se hubiera llevado las manos de un hombre que había sido presidente de la Argentina, que yo no sabía bien quién era.

A medida que fui creciendo, me encontré con una segunda dimensión, que es la política. Cuando entendí quién era Perón, y entendí la historia, del 45 en adelante, y sobre todo, del regreso de Perón en adelante, la década del 70, la década del 80 en Argentina. Y eso que a mí me había atravesado de chico empezó a cobrar otra forma. Y la tercera dimensión con la que me encontré –esta fue la que me disparó a mí a ponerme a escribir la novela– tiene que ver con la dimensión literaria. Y acá lo que me impactaba, lo que fue para mí el punto iniciático de la novela, fue el concepto del vacío.

—¿A qué te referís?

—En relación con esto, ¿creés que los libros que tienen un anclaje en un hecho histórico –o real– son más atractivos para el público lector?

Ahora, en este caso, el de Las manos del General, esto me planteó un desafío gigante, que era el de trabajar en la verosimilitud, en la cual yo narraba esta historia. Porque si bien está basada en hechos reales, después, desde el punto de partida de la historia, sucede algo que es muy transgresor, muy desafiante, que es el hecho de que aparezcan estas manos injertadas en otro cuerpo. Por eso, para mí, fue muy importante, para que la historia sea verosímil, relevar estos hechos históricos, ser muy preciso a la hora de trabajar con ellos. Cada lugar que aparece en la historia es un lugar real de Buenos Aires, de nuestra geografía porteña.

—¿Cómo la construiste? ¿Hubo una investigación del suceso histórico?

La segunda columna en la cual trabajé la verosimilitud tiene que ver con los lugares donde ocurre la historia, y también hubo una investigación al respecto. Fui a cada una de las locaciones donde yo entendía que iban a pasar las cosas. Más de una vez fui, fui de día, fue de noche. Me interesaba no solamente verlas, sino escucharlas, entender qué me transmitían, qué sensaciones me daban esos lugares, cómo iban a construir el ambiente en el cual se desarrollaba la narración.

—Mencionaste tres dimensiones –la policial, la política y la literaria–. ¿Podés profundizar cómo se amalgamaron para la creación de la novela?

—Esta novela fue publicada por una editorial extranjera. ¿Los escritores, a veces, no son profetas en su tierra?

—Para mí, el hecho de haber ganado el Concurso Mamotretos de La Pollera fue una sorpresa. En realidad, porque vencí un prejuicio que yo tenía al principio, que era que se trataba de una historia demasiado argenta como para que tuviera posibilidades de ser valorada fuera del país. Y de hecho, a los concursos que la mandé o las veces que la presenté, siempre lo tuve en mente como para un público local. Así que el hecho de encontrarme con que a una editorial chilena le interesara la novela me sorprendió, primero, y me abrió la esperanza de que quizá haya un público fuera de Argentina al cual, más allá del hecho histórico puntual que trata la novela, le pueda resultar relevante la historia.

Fuente: telam

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